domingo, 21 de enero de 2018

El olor del cigarrillo


Siempre le molestó el olor del cigarrillo, odiaba la mezcla entre el alquitrán y el tabaco. Sin embargo, allí estaba feliz viendo a una mujer fumar; aunque claro, no era cualquier mujer, era la mujer que amaba.

Mucho tiempo pasó para poder sentir lo que sentía, años de espera e impaciencia le pesaban en sus hombros. Seguía cada día de su vida solamente esperando que algún día se diera aquello que el resto del mundo llamaba 'amor'. No lo conocía, en su momento creyó hacerlo, pero el tiempo se encargó de demostrarle que no era así, incluso cuando él mismo no entendía el mensaje que llegaba de mil y un formas diferentes.

Llegó a la conclusión de que debía esperar luego de que todo lo demás falló, buscarlo, imponerlo, rogarlo, crearlo, ignorarlo... Ya no le quedaba más opción que simplemente dejar que las cosas fluyeran "a ver si algún día se daba el milagro". Duró tiempo en su espera, intentando analizar y sin hacer nada que fuera a delatar su posición, todo lento y con premura, como si estuviera preparando un soufflé que ante cualquier atisbo de fuerza se puede hundir sin que exista vuelta atrás.

Sin embargo, un día sucedió. No hubo una razón específica para que se enamorara como lo hizo, al intentar recordarlo simplemente tiene en su cabeza varias escenas cortas de la misma tarde: la primera era él jugando con ella a ver quién podía mantener más tiempo la mirada, él ganó y no pudo evitar sonreír al verla sonrojarse y mover sus labios en una tímida sonrisa. La segunda era él intentando jugar con ella con una botella de agua. Sin duda alguna la imagen que se pegó en su cabeza es sin duda alguna la de ella, blanca con mejillas sonrojadas, sus grandes ojos cafés brillando, su cabello castaño un poco más abajo que sus hombros, y una blusa roja enmarcando toda la escena.

Ese día se dio cuenta de lo que se le había pasado por alto tantas veces en el pasado, al saludarla un par de semestres antes en una clase que compartían, al hablar con ella mientras fumaba luego de un parcial, al realizar un proyecto juntos para la clase que los unió. Se dio cuenta de que frente a él se encontraba una mujer a la que quería conocer más a fondo, con la que quería pasear y hablar hasta que dejara de haber luz en los parques, de la que quería hacer parte de su vida, por la que le dejara de molestar el olor del cigarrillo.

domingo, 7 de enero de 2018

Sangre y Venganza


Corría por el campo de batalla, en sus ojos no se veía esa chispa de vida que tenemos todas las personas, solo se veía un negro y profundo vacío en sus pupilas. Había dejado de ser persona y se había convertido en una máquina de matar, su único objetivo era vengar la muerte a sangre fría de su esposa a manos del Magisterio.

La guerra entre el Magisterio y la Rebelión inició como cualquier revuelta que se hace contra una dictadura, impuestos altos, exceso de fuerza por parte de las fuerzas de defensa, limitación de los derechos de las personas, pero sobretodo la sanguinaria cacería a aquellos que se opusieran al gobierno. El artífice de esto era el General Zhun, un líder ególatra y psicótico que heredó la fuerza política de su padre, el Gran Emperador Shan. La rebelión inició con pequeñas revueltas y protestas contra las decisiones gubernamentales, pero escaló a una guerra civil desde el momento en el que se ordenó ejecutar en la plaza central de Crosswind a los capturados y posteriormente juzgados - que en realidad no siquiera fue un juicio, fue al estilo romano: el Zhun solo bajó su pulgar y con eso los sentenció- por colgar una pancarta con la consigna de la rebelión "pelearemos hasta que no quede a quién gobernar" alrededor de la gran estatua de Shan.

Dentro de los ejecutados se encontraba Ting, una joven con alma rebelde y con toda la intención de acabar la tiranía que se cernía sobre su país. Antes de que todo comenzara era una estudiante de Leyes, creía firmemente que el cambio debía ser lo más legal posible, pero una vez Zhun abolió los derechos civiles se dio cuenta de que ya no contaba con ninguna manera plenamente pacífica de cambiar las cosas. Era una de las líderes de la rebelión, por lo que debía ser absolutamente cauta con sus acciones, por lo que siempre trató de mantener alejado de todo a su esposo Vack, pues este había optado por concentrarse en encontrar la manera de evitar diferentes enfermedades a través de la profesión médica. Sin embargo, Vack al ser obligado a presenciar cómo asesinaban a sangre fría a Ting frente a todo el mundo y luego cómo eran profanados sus restos de diferentes maneras, fue tal el dolor que sintió que algunos dicen que perdió su humanidad.

Desde ese día Vack abandonó su profesión y se dedicó a entrenar junto con los rebeldes, armas, estrategias, batallas cuerpo a cuerpo, agilidad, precisión, fuerza, en todas era el más aplicado; las personas lo hubieran creído un robot si no fuera porque para lograr todo no le importaba poner en peligro su propia integridad, cortes y contusiones eran la menor de sus preocupaciones, su vida siempre estaba en riesgo. Así, Vack al salir a su primera batalla destruyó a medio batallón el solo y sin ayuda de su escuadrón, no iba a seguir instrucciones de nadie, su único combustible era la venganza y nadie la sentía más que él. Ahora, se dirige al palacio imperial, en su camino ya lleva 18 bajas y cada paso que avanza se prepara para matar a sangre fría al que se le atraviese; no le importa la herida de cuchillo en su pierna derecha ni la bala que le perforó el hombro izquierdo, si quieren acorralar a Zhun sabe que debe ganar la posición del distrito helado y eso hará... Incluso si le cuesta su propia vida Zhun va a pagar con la de él, así deba hacerlo desde su tumba.