sábado, 12 de enero de 2019

El juicio más importante de la vida.


La gente es mucho más de lo que se ve, pensaba mientras se dirigía a la sala de audiencias, muchas veces hasta la persona que parece ser la más limpia oculta sus más oscuros secretos.

La sala era como en las películas estadounidenses, imponente, de madera, con la mesa del fiscal y del defensor, y claro, el juez viéndolo todo desde lo más alto. Se sentó a la derecha, sabía que era su caso más complicado como fiscal, pues no tenía más salida que quebrar al acusado a como diera lugar; le iba a hacer daño con sus preguntas, y le dolerían un poco más sus respuestas, pero era el precio a pagar por lograr una condena. Revisó su carpeta, sabía las preguntas que le haría de memoria, pues siempre se las había hecho él mismo, ahora solo debía esperar a que iniciara el juicio.

- Buenos días a todos-, dijo el juez mientras entraba al despacho. 
Salió de su ensoñación al escucharlo, contestó y de una forma rápida retomó su papel como el acusador. - Muy buenos días señor juez, contraparte, y demás presentes; mi nombre es Superyó y soy el fiscal de este caso, y es de común conocimiento para ustedes dónde pueden contactarme- respondió el fiscal una vez le dieron la palabra, - como ustedes saben la única víctima en este caso somos nosotros así que espero que mi presentación abarque también dicho rol-. Apagó el micrófono y al ver al defensor sintió odio inusitado, quería ganarle más que nada en la vida.

Llegó el turno de la defensa de hablar, tenía más de 20 años de experiencia en esta clase de litigios, estaba seguro de que iba a ser un caso como cualquier otro. -Buen día señor juez, señor fiscal, y presentes en la sala. Soy el defensor y el acusado, mi nombre es Ello,  y de igual manera que explicó el fiscal, y por la naturaleza del delito presuntamente cometido, es de conocimiento público dónde encontrarme-.

La sala permanecía vacía, no había público, solo se encontraban allí las partes; a la vista de cualquier persona que ojeara la sala se vería que iba a ser un interrogatorio rápido. - señor juez, la conducta desplegada por el aquí acusado es reprochable desde cualquier punto de vista, pues su labor como administrador estuvo plagada de malos manejos sin ningún tipo de límites, y cuyo único objetivo fue satisfacer sus propias necesidades sin importar qué sucedía a su alrededor; cómo afectaba la imagen de nosotros, y lo hizo todo sabiendo que cometía mil errores y que cada vez más iba a generar daños más y más grandes, pero nunca se detuvo a pensar en las consecuencias de sus actos -, explicó el fiscal en sus alegatos de apertura. El defensor simplemente se limitaba a hacer una mueca burlona mientras escuchaba, sabía cómo sería su defensa en este asunto.

El juez una vez terminados los alegatos procedió a llamar al acusado a declarar. No había necesidad de hacerle preguntas de ley, pues ya todos sabían quién era él.

El fiscal se aclaró la garganta y arregló el nudo de su corbata antes de hablar, era mucho más complejo iniciar el interrogatorio de lo que creía. Miró a los ojos al acusado, se llenó de valentía al recordar lo que este le había hecho e inició.

- Buenos días, ¿usted sabe porqué se encuentra aquí hoy?
- Si los sé, se me acusa de haber falsificado las percepciones y de incumplir mi obligación como administrador se su ser, señor fiscal.
- En ese caso pasaré directamente a las preguntas que nos traen aquí hoy, creo que es claro que ninguno quiere estar más tiempo del necesario aquí. ¿Usted en qué piensa al momento de tomar una decisión?
- Simple, yo pienso en qué genera más satisfacción para el cliente, eso es lo único que tomo en cuenta.
- ¿Y en qué tipo de marco temporal se mueve dicha satisfacción?
- La inmediata es la única qué importa, no me interesa saber que generaré satisfacción en diez años, lo quiero ya; y si lo quiero ya, lo tomo.
- ¿Incluso tomaría esa satisfacción si con eso genera una contravención a la ley?
- No soy estúpido si es de lo que me acusa, puedo generar satisfacción sin tener que romper la ley; es más, tengo tan en cuenta esa situación que si alguien rompiera la ley para lograr la satisfacción sería usted; o tengo que recordarle que usted busca nuestra 'perfección' a toda costa?
- No voy a caer en sus provocaciones Ello, usted es el que está siendo juzgado aquí, no yo.
-Ahí es donde se equivoca fiscal, ambos estamos siendo juzgados en este momento, incluso cuando usted no lo quiere admitir.
El fiscal sonrió mientras escuchaba al acusado decir esas palabras - típico de usted, pretender ¿engañar a los demás para lograr su propia satisfacción inmediata; ¿no se da cuenta que lo que acaba de hacer me da la razón? ¿Que usted no tiene ningún tipo de moral para lograr lo que quiere? 
- Su moralidad nos llevaría a un  monasterio señor fiscal, ¿qué tipo de satisfacción gana usted si no se puede divertir de vez en cuándo?
- Mucha más de lo que cree, sobretodo porque sé que si llegamos al monasterio significa que logré ponerlo a usted en la celda en la que debería estar. Pero dígame algo, ¿usted recuerda cuántas veces nos hemos enfrentado?
- Muchas más de las que quisiera recordar diría yo, la vida de alguien que tiene un ente acusador excesivamente diligente es demasiado aburrida.
- Créame, gracias a mí no hemos muerto ya, y al menos tenemos un futuro... Usted acaba de nombrar que la vida de una persona si sigue las reglas es francamente aburrida, así que dígame, ¿considera usted que romper la ley es algo divertido?
- Más y más juegos de su parte señor fiscal, solo voy a responder diciendo que muchas leyes provocan que la vida sea más monótona y sin grandes historias.
- ¿Y usted prefiere salir de esa monotonía cómo? Explíquenos.
- Ya se lo he explicado varias veces, busco la satisfacción para nosotros, lo que hasta donde yo tengo entendido no es un crimen.
- No, no lo es. Sin embargo, los métodos que usted utiliza sí lo son. Pasar por encima de las demás personas solo para lograr la satisfacción es una contravención y usted lo sabe, ¿por qué lo hace?
- Yo no paso por encima de las demás personas, sino que muchas veces mis métodos no se ajustan a lo que la gente quiere. No les gusta que les digan la verdad, no les gusta que los despierten de los sueños que están teniendo. Muchas veces buscan la felicidad basándose en mentiras, creen tenerlo todo pero no tienen nada más que una ilusión.
- ¿Pero no se ha detenido a pensar que la victoria es muchas veces más satisfactoria cuando se logra de una forma correcta?
- Yo llego a la victoria de una forma correcta, que el sistema no lo crea no es mi problema, simplemente demuestra que todos son cobardes.
- Utilizar información que no debe para manipular a los demás no es correcto y usted lo sabe, o sino, ¿por qué se siente tan mal cuando alguien utiliza eso mismo contra usted?
- Porque si los demás logran hacer eso conmigo entonces no hice bien mi labor. Así es como genero desagrado.
- Y entonces es cuando usted ataca con todo y no le importa quién esté en la mitad, ¿cierto?
-
- Solo para buscar su satisfacción inmediata, ¿correcto?
- Correcto
- Y sin importar la imagen de nosotros que deja, ¿no es verdad?
- No me interesa la imagen de los demás si logro que estemos satisfechos.
- No tengo más preguntas señor juez-. Sabía que había logrado ganarle una vez más, lo tenía.

- Prosiga a realizar sus alegatos de conclusión en ese caso señor fiscal. 
- Su señoría, tal como lo admitió el acusado, a este no le importan las consecuencias de sus actos, incluso cuando conoce que lo que hace puede romper la ley, pues como bien dijo esta es "aburrida"; y claro, recordemos que su única motivación es generar una satisfacción inmediata sin importar lo que pase a raíz de su accionar, sobretodo en cómo nos ve la sociedad. De esta manera, solicito se revoque de manera permanente la capacidad del acusado de tomar el control de nosotros, y que de forma inmediata me sea otorgado el control sobre cualquier decisión a mí.
- Señor defensor, su turno.
- La fiscalía en el presente proceso no logró probar que existiera delito alguno, simplemente demostró que no estoy de acuerdo con cómo funciona el sistema, que las leyes me parece que limitan en exceso la diversión, y que la gente puede no estar de acuerdo con cómo los trato; pero no probó que existió un quebrantamiento explícito a la ley. De esta manera, solicito que el fiscal sea destituido de su función, pues como  se vio durante el transcurso de este juicio su opinión no solo es parcializada, sino que no busca justicia sino el poder para él mismo.

- Ambos saben cómo funciona el sistema aquí, cada uno conoce su rol y la consecuencia que trae su actuar. Desde siempre he tenido muy claro que ambos buscan el poder sobre nosotros, que simplemente quieren imponer su propio sentido de la satisfacción sobre los demás, pero a ustedes se les olvida un pequeño detalle, yo estoy facultado para tomar la decisión que Yo considere mejor para nosotros, sin importar el límite de esta, pues mi único objetivo es protegernos. Así, habiendo escuchado todo lo que ustedes dos dijeron en el presente juicio, y actuando conforme a los poderes que nosotros mismos nos dimos y con los cuales ustedes estuvieron de acuerdo; Yo, juez en este proceso, declaro que:

Primero: se deberán limitar las decisiones de Ello, pues es claro que este no mide las consecuencias que sus acciones traen para nosotros, por lo tanto ordeno que este se interne en un psicólogo para controlar sus impulsos.
Segundo: se deberá limitar la capacidad del Superyó, pues es cierto que su accionar en el presente juicio no tuvo ningún sustento real más allá de las apreciaciones del Ello. De esta forma, ordeno que reciba tratamiento psicológico para tratar su apreciación de la moralidad.
Tercero: en vista de que ni el Ello ni el Superyó se encuentran capacitados para tomar ninguna decisión, me declaro a mí mismo como el único que puede tomar decisiones sobre nosotros hasta que se acaben los tratamientos psicológicos de estos.

Gracias por venir, declaro el fin de esta audiencia. Buen día para todos.

Nadie en la sala lo podía creer, el juez simplemente se paró y salió del despacho. Ahora, el Yo sería el único que tomaría cualquier tipo de decisión sobre las acciones de nosotros, mientras que el Ello no podría intervenir para lograr sacar todo ese ser impulsivo que vive en nosotros, y el Superyó no logrará influir en las decisiones para lograr una moralidad perfecta como siempre se pretende. Por primera vez el actuar estaría en equilibrio.