jueves, 19 de mayo de 2016

Un otoño sin justicia


Imagen tomada de: The Anthenaeum. http://www.the-athenaeum.org/art/detail.php?ID=216180

Londres, septiembre 25 de 1890

Estamos en plena revolución, lo puedo ver en cómo ha cambiado la sociedad, el pueblo y la economía. Antes de todo esto mi industria –la acerera- a pesar de ser bastante grande y gozar de mucho reconocimiento no había tenido tanto éxito como en los últimos años, gracias a ese crecimiento ahora puedo darme el lujo de ser llamado “magnate de la industria” y ser incluido en las altas esferas de la sociedad británica, una de las más exclusivas a nivel mundial.

Lastimosamente no fui el único que ascendió durante esta época de crecimiento industrial… Mi competencia directa es Harry Matsci, un hombre sin escrúpulos a la hora de hacer negocios que heredó el Matsci Steelmakers y lo convirtió en la compañía acerera más famosa de todo Reino Unido. Últimamente he estado preocupado debido a la pérdida de poder frente a su compañía así que me propuse averiguar lo que otros grandes en sus campos han hecho en situaciones similares; la conclusión a la que llegué después de mucha investigación fue que si quería mantener el monopolio de la industria debía liquidar o a Matsci o a su empresa, en palabras claras: si quiero ser el más poderoso debo encargarme de la competencia.

Londres, septiembre 30 de 1890

Como es obvio yo no podía estar haciendo negocios con gente del bajo mundo, así que a través de diferentes intermediarios logré contactar a uno de los mercenarios más reconocidos de toda Europa: Dimitrov. Al momento de encontrarlo por primera vez en las calles bajas frente a Westminster Abbey no se me ocurrió que ese hombre pudiera ser uno de las personas más temidas en el negocio, parecía un hombre común y corriente que a simple vista no llamaba la atención, supongo que eso era lo que lo hacía infalible. Decidimos rápidamente los términos del trabajo, él tenía que ser completamente discreto a la hora de hacer todo esto, por lo cual decidimos que en vez de atacar al jefe atacaríamos la fuente de trabajo – que son sus trabajadores-; es decir,  si no hay obreros en la fábrica no van a haber ingresos. Aunque, si no les entran ingresos no es necesario asesinar a los obreros; pero eso ya es cuestión del mercado en sí.

Londres, octubre 2 de 1890

Hoy han comenzado los asesinatos, Dimitrov le quitó la vida a 25 obreros mientras trabajaban - obviamente haciéndolo parecer un accidente-, lo malo del asunto es que la policía no se lo cree completamente así que han asignado al detective Tom Bishop al caso, espero que no se entrometa demasiado en el caso ya que no quiero ser el responsable de la desaparición de un personaje de la fuerza pública.

Ahora, me he propuesto analizar los dos más posibles escenarios que podrían aparecer como resultado de todo esto:

1)      Si asesino a los obreros – y soy poco cuidadoso- hay más posibilidad de que me atrapen, si me atrapan voy a ir a la cárcel, si voy a la cárcel Osberg Steelmakers quebrará. Entonces, si asesino a los obreros Osberg Steelmakers quebrará. Esta posibilidad es real y latente debido a las investigaciones de la policía, así que debo ser completamente cuidadoso de ahora en adelante.

2)      Si asesino a los obreros – y soy cuidadoso- la fábrica no tendrá mano de obra, si la fábrica no tiene mano de obra no tendrá ingresos, si no hay ingresos la fábrica quebrará, si la fábrica quiebra voy a ser el único acerero en UK. Entonces, si asesino a los obreros – y soy cuidadoso- voy a ser el único acerero de UK. Este es mi objetivo y lo voy a lograr si Dimitrov hace su trabajo tan bien como dicen.

Manchester, octubre 5 de 1980

            Me encuentro algo preocupado debido a que Bishop se interesa cada vez más en el caso, según mis fuentes en la policía él mismo entrevistó al forense para comprobar que las heridas que tenían los cuerpos eran a causa del accidente, éste le dijo que uno de los cadáveres tenía pólvora en sus dedos lo que significa que había estado disparando antes de su muertey que tenía un golpe en la cabeza de causa desconocida. Debido a esto me he citado con Dimitrov frente a la biblioteca John Rylands para que me hable sobre este ‘pequeño’ inconveniente, de ahora en adelante va a tener que hacer un reporte de cada uno de sus golpes.

Manchester, octubre 6 de 1890

Según Dimitrov mientras estaba terminado de montar la escena del accidente uno de los obreros lo descubrió y le disparó causándole una herida en la pierna derecha, lo que hizo que Dimitrov le asestara un golpe certero en el parietal derecho provocando la muerte instantánea.  Ahora las cosas se están complicando, Bishop no debe tardar mucho tiempo en descubrir que el accidente es falso y hay un asesino detrás de todo, por lo cual buscará motivos y así llegará a mí. Todo esto está fuera de control.

Londres, octubre 10 de 1890

Como ya lo había dicho, la investigación tomó rumbo de homicidio y estoy en medio de un dilema, sigo con esto o me retiro, pero si me retiro perderé el monopolio y si sigo me arriesgo a ser capturado… No estoy seguro de qué hacer, pero pues si ya hice todo lo anterior lo lógico sería terminarlo, ¿no?

Londres, octubre 15 de 1980

He estado pensando en la línea lógica que podría seguir en el caso de que me atraparan, sería algo absurdo pero iría así: me encuentran culpable así que me juzgan, si me juzgan piden mi coartada, si mi coartada es válida retiran los cargos, si retiran los cargos soy inocente. Por lo tanto, si me encuentran culpable soy inocente. Sé que es una conclusión contradictoria, pero todo parece estar en orden.

Londres, octubre 21 de 1980

He estado averiguando con mis fuentes en la policía si ya ha habido otros casos con similitudes al mío y efectivamente hubo uno hace aproximadamente diez años, fue el de Orson Chamberlain, uno de los mayores vendedores de joyas de todo Londres. El hecho es que el mismo Orson decidió atacar a su competencia Rajim Al-Sadha - un empresario egipcio que poco a poco comenzó a liderar el mercado-, pero al momento de atacar fue descubierto por Tom Bishop – el mismo detectivo que sigue este caso…- lo que lo llevó a ser juzgado por intento de homicidio y ser condenado a 50 años en la prisión de Gloucester.

Este antecedente no me deja nada tranquilo, y aún más siendo que sea el mismísimo Bishop el que está detrás de toda la investigación, quizás deba reunirme con Dimitrov para hablar de esto, a lo mejor él sabe qué deberíamos hacer.

Cardiff, octubre 27 de 1890

Hoy me reuní con Dimitrov y le conté sobre el caso de Orson y la conexión con Bishop; decidimos que lo más prudente es irnos del país durante un tiempo prudente alegando un viaje de negocios como coartada, para esto él contactará a alguien en Rusia con el que pueda “negociar”, creo que es la decisión más lógica después de todo. Aunque algo que dijo el mismo Dimitrov me ha dejado bastante pensativo: “Huir de la justicia es como huir de una mujer celosa, esto puesto que ambas van a descubrir la verdad sin importar el tiempo que les tome, lo importante es saber qué tanta relevancia le van a dar en ese momento a todo”. Tiene razón en su analogía, puesto que al final ambas terminan sabiendo la verdad de las cosas, pero ya para ese momento no necesariamente les tiene que importar.

Edimburgo, octubre 31 de 1890

Decidí al final huir de la ciudad la mayor cantidad de tiempo que me sea posible, ya que la policía está avanzando a un ritmo descontrolado con las investigaciones, tanto así que parece que alguien les estuviera dando información sobre lo que deben buscar y en dónde, sé que sueno como loco pero es lo único que puedo pensar en momentos de tanta presión. Siguiendo con la locura, siento que Dimitrov está actuando extraño, es como si me estuviera persiguiendo, como si me estuviera estudiando como a otra de sus víctimas. Voy a dejar de verlo hasta que llegue a algún lugar seguro, algo no está bien con él.


Berlín, noviembre 05 de 1890

La policía me está buscando, no creyó nada de mi coartada y pretende que vuelva al país, así que estoy escondido en las calles bajas de Berlín, aquí me siento a la merced del que quiera asesinarme, todos tienen cara de verme como una recompensa y eso no me está gustando para nada, compraré un arma por si es necesario. Volví a ver a Dimitrov hoy, ya no me quedan dudas de que me está siguiendo, hay alguien que me quiere asesinar pero está esperando el momento justo para hacerlo, ¿será Dimitrov por sí mismo? ¿Podrá ser Harry Matsci luego de enterarse de mi plan? No lo sé, pero estoy seguro de que voy a cambiar los papeles, asesinaré a Dimitrov.


Viena, noviembre 12 de 1890

Como lo planeé en estos días asesiné a Dimitrov, hice que me siguiera hasta un callejón y apenas llegó le disparé tres veces en el pecho, dijo algo en ruso que obviamente no entendí. Al registrar su cuerpo por alguna pista descubrí una carta de un tal H.M. - Obviamente es Harry Matsci -, en ella dice que se citarán mañana a las 12 del mediodía frente al Kremlin en Moscú, iré de incógnito a la reunión y asesinaré por fin a Matsci, todo el esfuerzo en esta operación no terminará conmigo en la cárcel.

Moscú, noviembre 13 de 1890

Asistí a la reunión y en efecto era Matsci, apenas lo vi le disparé en la cabeza por fin mi plan está completo, si el monopolio no iba a ser mío no iba ser de nadie. En este momento escucho cómo la Politsiya – nombre de la policía rusa – está subiendo las escaleras de la casa en donde estoy escondido, en cualquier momento subirán hasta el ático, me encontrarán y posteriormente me ejecutarán; pero yo no se los voy a poner fácil porque a un cadáver ya no lo pueden ejecutar. Espero este relato no se pierda en la historia y sirva como ejemplo a todos aquellos corruptos que prefieren pasar por encima de todos para lograr sus objetivos. Hasta aquí llegó mi historia en el mundo de los vivos.


Imagen tomada de: The Anthenaeum. http://www.the-athenaeum.org/art/detail.php?ID=216180

No hay comentarios.:

Publicar un comentario