martes, 6 de diciembre de 2016

La oportunidad de su vida (III)


- Jajaja disculpa si tengo un sentido del humor un poco cruel, mi intención no era asustarte... Tanto-. Sintió cómo el alma le volvió al cuerpo en un instante, a pesar de que intentaba disimular el miedo tan profundo que tenía, Emma veía claramente cómo se estaba sintiendo. - Me parece un tanto aterrador que sepas dónde trabajo y que te hayas aparecido aquí, pero como creo que te dijeron en la recepción cuando te dejaron seguir, tengo una reunión muy importante con un cliente; no pienses que te estoy echando, pero necesito que te vayas antes de que se aparezca junto con mi jefa- le decía mientras hacía una mueca un poco burlona. Él aún sentía su sudor frío y sus manos heladas, cualquiera que lo viera en ese instante hubiera creído que había visto a un fantasma; puso su mejor intento de sonrisa y asintió - s-sí, no quiero traerte ningún problema... -. Le echó una última mirada antes de salir y notó que Emma lo estaba mirando con una combinación de pena y ternura, - a lo mejor se arrepiente de lo que le hizo al pobre y tímido chico de la universidad- pensaba mientras cerraba la puerta y doblaba a la derecha para volver al pasillo. En ese momento se dio cuenta de que esa no era la primera impresión que él quería dejarle luego de tantos años, se volvió y se dirigió hacia la puerta de vidrio, la abrió y mirando a los ojos a Emma dijo - el viernes vas a ver lo que es verdadera valentía-; Emma lo miró y le devolvió una sonrisa pícara, guiñó un ojo y salió de la oficina antes de que ella pudiera decirle algo. Ella no sabía lo que le esperaba.

Volvió a su oficina luego de ignorar las preguntas de la recepcionista del estudio de dibujo tanto como de su compañero del lobby acerca de porqué no había entregado el café, simplemente actuaba como si estuviera recibiendo una llamada importante y no podía hablar en ese momento. Llegó a su oficina, colgó nuevamente su saco, y se sentó en su escritorio, en ese instante empezó a procesar todo lo que pasó en su travesía y lo que dijo en su ataque de valentía; se dio cuenta de que ahora las expectativas de Emma estaban más altas que nunca, y que cualquier error de su parte solo la iba a decepcionar. Empezó a buscar distintas opciones para hacer valer sus palabras, pero sabía que debía ser un poco cauteloso para no demostrar todo el empeño que estaba poniendo en su 'cita'.

Luego de perder la mayor parte de su tiempo productivo pensando en el tema continuó su trabajo, la pequeña broma de Emma había arruinado completamente el ánimo y ahora su trabajo se le hacía eterno. Así pasaron las horas hasta que finalmente terminó sus deberes y se alistó para acabar su jornada laboral, recogió su saco y a pocos metros de la salida su jefe lo llamó a su oficina; - ¿qué querrá el señor Eriksen?- pensaba mientras se dirigía a su encuentro. - Buenas noches Turner, surgió una situación... Mañana tenía una reunión con una clienta a la 1:00 pm en el nuevo restaurante italiano a dos cuadras de aquí, usted sabe a cual me refiero; en fin, surgió un inconveniente y necesito que usted se encargue de cerrar el trato ¿puedo contar con usted?-. Era la primera vez que su jefe le pedía algo así, por lo que sabía la importancia que tenía su nueva tarea, - sí claro señor, puede contar con que mañana mismo cierro ese negocio, ¿cómo se llama la persona con la que me reuniré?-. A Arthur Eriksen le gustó el entusiasmo con el que Turner había aceptado su tarea, procedió a abrir su bandeja de entrada y recordó que más noche le dirían exactamente con quién debía reunirse, - ellos deben estar aún decidiendo quién será su representante, no se preocupe que antes de las 10:00 le digo quién será su contraparte-. Turner asintió, se despidió de su jefe y dispuso su camino a casa.

Al llegar se vio tentado a cocinar algo, pero su ánimo solo le permitió comer cereal con leche, se sentó en su cama y vio las noticias del prime time. Luego de un rato decidió apagar su televisor, conocer sobre tantas cosas negativas que ocurrían en el mundo solo lo iba a poner peor, tomó su laptop y decidió escuchar música, buscó R U Mine? de los Arctic Monkeys y sintió cómo mejoraba su humor; - la energía de esta canción  siempre logra hacerme sentir mejor-, pensaba mientras hacía la mímica de estar tocando la batería. Pasaron las horas mientras continuaba escuchando las demás canciones de su banda favorita, y entonces llegó un correo del señor Eriksen.

"Buenas noches Turner, mañana se reunirá con la señorita Sophie Helders. Le recomiendo que vaya bien preparado, y no se vaya a dejar engañar por el atractivo físico de ella, pues esa es solo una de las estrategias que ella utiliza para ser al excelente negociante que es.

Confío en usted y le auguro éxitos cerrando este trato. Recuerde la importancia que esto tiene para nosotros.

Arthur Eriksen.
"

Sabía que debía dormir para mostrar lo mejor de sí al día siguiente en su nueva tarea; sin embargo, decidió entrar un rato a Facebook, aún no le enviaba la solicitud de amistad a Emma pues no quería parecer intenso, sobretodo luego de haberla perseguido a su oficina. Luego de contenerse por un rato decidió entrar al perfil de la pelirroja con ojos esmeralda que tanto admiraba en la universidad, comenzó a teclear su nombre y entró al perfil. En ese momento sintió por segunda vez en el día sudor frío, ella había actualizado su foto hace tres horas y en ella se la veía abrazando a un hombre de una manera muy afectiva; para su mala suerte no podía ver los comentarios ni saber quién era el sujeto, simplemente se podía conformar con ver aquella foto y ninguna otra información extra que le sirviera para desvelar el misterio. Apagó su computadora y se dispuso a dormir; sin embargo, la foto y muchas preguntas relacionadas a esta empezaron a rondarlo... Iba a ser una larga noche.


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