martes, 6 de diciembre de 2016

La oportunidad de su vida (III)


- Jajaja disculpa si tengo un sentido del humor un poco cruel, mi intención no era asustarte... Tanto-. Sintió cómo el alma le volvió al cuerpo en un instante, a pesar de que intentaba disimular el miedo tan profundo que tenía, Emma veía claramente cómo se estaba sintiendo. - Me parece un tanto aterrador que sepas dónde trabajo y que te hayas aparecido aquí, pero como creo que te dijeron en la recepción cuando te dejaron seguir, tengo una reunión muy importante con un cliente; no pienses que te estoy echando, pero necesito que te vayas antes de que se aparezca junto con mi jefa- le decía mientras hacía una mueca un poco burlona. Él aún sentía su sudor frío y sus manos heladas, cualquiera que lo viera en ese instante hubiera creído que había visto a un fantasma; puso su mejor intento de sonrisa y asintió - s-sí, no quiero traerte ningún problema... -. Le echó una última mirada antes de salir y notó que Emma lo estaba mirando con una combinación de pena y ternura, - a lo mejor se arrepiente de lo que le hizo al pobre y tímido chico de la universidad- pensaba mientras cerraba la puerta y doblaba a la derecha para volver al pasillo. En ese momento se dio cuenta de que esa no era la primera impresión que él quería dejarle luego de tantos años, se volvió y se dirigió hacia la puerta de vidrio, la abrió y mirando a los ojos a Emma dijo - el viernes vas a ver lo que es verdadera valentía-; Emma lo miró y le devolvió una sonrisa pícara, guiñó un ojo y salió de la oficina antes de que ella pudiera decirle algo. Ella no sabía lo que le esperaba.

Volvió a su oficina luego de ignorar las preguntas de la recepcionista del estudio de dibujo tanto como de su compañero del lobby acerca de porqué no había entregado el café, simplemente actuaba como si estuviera recibiendo una llamada importante y no podía hablar en ese momento. Llegó a su oficina, colgó nuevamente su saco, y se sentó en su escritorio, en ese instante empezó a procesar todo lo que pasó en su travesía y lo que dijo en su ataque de valentía; se dio cuenta de que ahora las expectativas de Emma estaban más altas que nunca, y que cualquier error de su parte solo la iba a decepcionar. Empezó a buscar distintas opciones para hacer valer sus palabras, pero sabía que debía ser un poco cauteloso para no demostrar todo el empeño que estaba poniendo en su 'cita'.

Luego de perder la mayor parte de su tiempo productivo pensando en el tema continuó su trabajo, la pequeña broma de Emma había arruinado completamente el ánimo y ahora su trabajo se le hacía eterno. Así pasaron las horas hasta que finalmente terminó sus deberes y se alistó para acabar su jornada laboral, recogió su saco y a pocos metros de la salida su jefe lo llamó a su oficina; - ¿qué querrá el señor Eriksen?- pensaba mientras se dirigía a su encuentro. - Buenas noches Turner, surgió una situación... Mañana tenía una reunión con una clienta a la 1:00 pm en el nuevo restaurante italiano a dos cuadras de aquí, usted sabe a cual me refiero; en fin, surgió un inconveniente y necesito que usted se encargue de cerrar el trato ¿puedo contar con usted?-. Era la primera vez que su jefe le pedía algo así, por lo que sabía la importancia que tenía su nueva tarea, - sí claro señor, puede contar con que mañana mismo cierro ese negocio, ¿cómo se llama la persona con la que me reuniré?-. A Arthur Eriksen le gustó el entusiasmo con el que Turner había aceptado su tarea, procedió a abrir su bandeja de entrada y recordó que más noche le dirían exactamente con quién debía reunirse, - ellos deben estar aún decidiendo quién será su representante, no se preocupe que antes de las 10:00 le digo quién será su contraparte-. Turner asintió, se despidió de su jefe y dispuso su camino a casa.

Al llegar se vio tentado a cocinar algo, pero su ánimo solo le permitió comer cereal con leche, se sentó en su cama y vio las noticias del prime time. Luego de un rato decidió apagar su televisor, conocer sobre tantas cosas negativas que ocurrían en el mundo solo lo iba a poner peor, tomó su laptop y decidió escuchar música, buscó R U Mine? de los Arctic Monkeys y sintió cómo mejoraba su humor; - la energía de esta canción  siempre logra hacerme sentir mejor-, pensaba mientras hacía la mímica de estar tocando la batería. Pasaron las horas mientras continuaba escuchando las demás canciones de su banda favorita, y entonces llegó un correo del señor Eriksen.

"Buenas noches Turner, mañana se reunirá con la señorita Sophie Helders. Le recomiendo que vaya bien preparado, y no se vaya a dejar engañar por el atractivo físico de ella, pues esa es solo una de las estrategias que ella utiliza para ser al excelente negociante que es.

Confío en usted y le auguro éxitos cerrando este trato. Recuerde la importancia que esto tiene para nosotros.

Arthur Eriksen.
"

Sabía que debía dormir para mostrar lo mejor de sí al día siguiente en su nueva tarea; sin embargo, decidió entrar un rato a Facebook, aún no le enviaba la solicitud de amistad a Emma pues no quería parecer intenso, sobretodo luego de haberla perseguido a su oficina. Luego de contenerse por un rato decidió entrar al perfil de la pelirroja con ojos esmeralda que tanto admiraba en la universidad, comenzó a teclear su nombre y entró al perfil. En ese momento sintió por segunda vez en el día sudor frío, ella había actualizado su foto hace tres horas y en ella se la veía abrazando a un hombre de una manera muy afectiva; para su mala suerte no podía ver los comentarios ni saber quién era el sujeto, simplemente se podía conformar con ver aquella foto y ninguna otra información extra que le sirviera para desvelar el misterio. Apagó su computadora y se dispuso a dormir; sin embargo, la foto y muchas preguntas relacionadas a esta empezaron a rondarlo... Iba a ser una larga noche.


sábado, 19 de noviembre de 2016

La oportunidad de su vida (II)


Despertó a la mañana siguiente sintiéndose como el rey de la ciudad, casi tenía una cita con aquella mujer con la que tanto había llegado a fantasear hace algún tiempo. La mañana ese día tenía una tonalidad distinta, a pesar de encontrarse ad portas del invierno, su cuerpo recibía cada ráfaga de viento con un cariño especial, todo mientras tarareaba My kind of girl de Sinatra. Nada podría arruinarle el día.

Llegó a su oficina, se sentó en su escritorio y abrió su correo electrónico, - basura y trabajo nada más, por ahora las cosas no están para nada graves-. Luego de dos horas respondiendo su correo sintió que era momento para beber su café matutino, tomó su saco, bajó por el ascensor, y se dirigió a la pequeña cafetería a la vuelta de la esquina. Encontró una fila corta, pidió un capuchino irlandés en lugar de su acostumbrado americano - porque me lo merezco, a partir de hoy todo mejora-; pagó, y decidió tomarse un pequeño descanso y sentarse a admirar el afán de los demás oficinistas -pobres de ellos, su ansiedad por el trabajo los priva de contemplar los bellos momentos de la cotidianidad- pensaba para sí. 

De repente, vio a Emma cruzar la calle y entrar a un edificio cercano, tomó su café de la pequeña mesa metálica en la que se encontraba y se lanzó en la cacería de aquella pelirroja. Tuvo que esperar unos cuantos minutos a que cambiara el semáforo antes de cruzar la calle, pues el tráfico era tal que no había manera de pasar corriendo; una vez lo logró se acercó a la puerta giratoria del edificio y se encontró con un amplio lobby, - ¿dónde estoy? ¿En cuál de los tres ascensores pudo haber entrado Emma?-. Rápidamente se acercó a la recepción y le preguntó al hombre detrás de esta - disculpe, ¿sabe a dónde se dirige la señorita Emma? Es que olvidó reclamar su café y necesito entregárselo; créame, detrás de su apariencia dulce se esconde un ogro adicto a la cafeína-. El hombre le dedicó una mirada extrañada; sin embargo, le señaló que Emma trabajaba en el piso 25, en un nuevo estudio de dibujo digital; él le agradeció y se acercó al ascensor, pulsó el botón y esperó a que este se abriera. Tuvo que esperar casi cinco minutos que se le hicieron eternos, pero una vez dentro solo escuchaba los latidos de su corazón, nunca antes se había sentido tan nervioso; pero a su vez, le gustaba que esta fuera la primera ocasión.

Se abrió la puerta y encontró una sala de espera con una recepcionista, se acercó y repitió lo dicho en el lobby, ella le indicó que la oficina de Emma quedaba cruzando el pasillo y a la izquierda, pero que si quería entrar debía ser rápido pues ella tenía una reunión con un cliente en cinco minutos; él le agradeció y tomó rumbo al pasillo. Pudo ver que colgadas de las paredes blancas colgaban distintos dibujos de personajes de series de televisión de niños, le emocionaba la idea de que ella hiciera parte de un mundo tan fantástico como ese; dobló la esquina y la encontró, una puerta de vidrio con el nombre: Emma Waters escrito en ella. Se apresuró a golpear la puerta y oyó una dulce voz desde adentro que le pidiera que siguiera; era el momento de la verdad, sentía que se le iba a salir el corazón del pecho, pero le encantaba la sensación. - Hola Emma, recibí tu nota anoche, y casualmente te vi abajo; y pues ya que me pediste ser más valiente, heme aquí- le dijo apenas puso un pie en la oficina; ella asintió mientras lo miraba de pies a cabeza, - disculpa, pero eso no puede ser... ¿Quién eres, te conozco de alguna parte?- le dijo con un tono serio y extrañado. En ese momento él sintió como aquellos ojos verde esmeralda le perforaron el pecho, sentía como todo se desmoronaba a su alrededor.

lunes, 7 de noviembre de 2016

La oportunidad de su vida (I)



Más de una vez se había preguntado cómo hacían las personas para alternar de pareja en pareja tan fácilmente, le daba la impresión de que muchas veces simplemente conseguían a otra persona para satisfacer sus deseos sexuales o - analizando un poco más a fondo su autoestima- su necesidad de atención. Aquellos pensamientos eran tanto amenizados como producidos por el smooth jazz que era tocado por la banda de turno, que para su fortuna, generalmente era lo suficientemente cálida como para acompañarlo mientras evadía sus pensamientos.

No era la primera vez que acudía a aquel bar al salir de su oficina, es mas, ya era tan común verlo allí que el bartender le servía lo mismo de siempre sin siquiera preguntárselo: un vaso de whisky en las rocas. Sin embargo, una noche en la que su marca favorita se había terminado y el nuevo embarque se había retrasado se sintió obligado a cambiar su bebida. Ese momento que se tomó para pensar qué licor lo desconectaría de la realidad se vio abruptamente interrumpido por una imagen contoneante en el rabillo de su ojo, sabía que era casi una obligación voltear a ver cada mujer atractiva que entrara a ese lugar, pues, para él, era potencialmente su próxima pareja en esa fría noche de otoño. Se giró sutilmente con el fin de no mostrar su interés en ella; sin embargo, ella ya tenía su mirada clavada en él desde que puso un pie en el recinto. Fue tal su sorpresa al encontrarse con aquellos ojos verde esmeralda que por unos segundos quedó pasmado, su estrategia parecía haberse destruido sin siquiera haberla echado a andar, la leve sonrisa que recibió en respuesta lo llevó a entumecerse aún más, ya ni siquiera era capaz de respirar de manera inconsciente.

Un llamado del barman lo sacó de su estupefacción, que aunque él sintió que fueron horas, solo pasaron un par de minutos, - señor, le ruego que nos disculpe por no tener su bebida de siempre, pero por favor reciba este martini, la casa invita-. Lo aceptó sin mayor reparo, pero había sido tal su sorpresa con aquella mujer que ni siquiera lo probó en ese instante; simplemente jugueteaba con la aceituna en su copa mientras trataba de entender el porqué de su reacción, ¿que si era muy atractiva? No, fuera de sus llamativos ojos verdes, cabello rojo hasta los hombros, nariz perfecta, piel pálida que iba en conjunto con la justa cantidad de pecas, sus labios rosados y dientes perfectos, - mierda, ¿qué está pasando conmigo? No la he visto antes y ya estoy desvariando con cada aspecto de su rostro, no puedo permitir que...-. El sonido de una voz lo rescató de sus pensamientos, en esas milésimas de segundo mientras giraba su cabeza concluyó que no conocía esa voz de ningún lugar, lo que lo sorprendió un poco, - amigo, no le recomiendo que se quede fantaseando con aquella mujer, si usted no hace un movimiento rápido le apuesto a que otro se lanzará por ella-; volteó velozmente para tratar de ubicarla, no le importaba demasiado quién le hubiera advertido; sin embargo, verificó la veracidad de la advertencia, pues reconoció cómo otros cuantos la miraban con toda la intención de tomarla esa noche.

Se tomó el martini de un solo trago para tomar fuerza para su avance, dejó la copa sobre la barra y se aventuró a cruzar el bar. Sentía que en ese momento tenía la mirada fija de varios de esos buitres que querían arrebatársela, pero eso no le interesaba en lo más mínimo; volvió a ser consciente de su respiración mientras se acercaba e intentó calmarse, - no quiero verme muy emocionado o nervioso la primera vez que le hable- pensaba para sí. Al encontrarse a solo dos mesas de distancia cambió levemente su rumbo hacia el baño - que estaba un poco en diagonal hacia la dirección en la que originalmente iba-, pues a pesar de toda su experiencia y valentía, en este caso el miedo había sido mayor. Entró al baño, se mojó la cara con agua mientras intentaba buscar una explicación a su reacción, no entendía qué era lo que lo ponía tan nervioso de ella, si francamente era una mujer más entre el listado que ya había desfilado junto a él a la salida del bar... Y así, de un momento a otro y casi como una epifanía se dio cuenta de la razón: era ella, la pelirroja a la cual nunca fue capaz de hablarle mientras estaba en la universidad por culpa de su timidez; pero ahora todo había cambiado, ya no era el mismo tipo miedoso de hace unos cuantos años, y este era su momento para demostrarlo.

Abrió la puerta con la convicción de que todo lo que iba a suceder esa noche iba a ser tal y como se lo había imaginado en su momento, pero para su sorpresa la mesa en la que ella se encontraba estaba vacía. Se sintió perplejo y derrotado por unos segundos, había perdido la oportunidad de poder dirigirse a ella como siempre había querido, como siempre se imaginó mientras la veía en sus clases. Caminó hacia la barra con desgano, solo quería pagar por su whisky e irse a su casa para olvidar esa noche; se acercó al bartender para pedirle la cuenta, a lo que este le respondió que él no había tomado whisky y que la casa le había invitado el martini, - ¿prefiere que le llame un taxi señor? No lo veo precisamente bien- le insistía el sujeto mientras secaba una copa. - No gracias, puedo llegar bien a mi casa en mi estado, solo necesito tomar aire fresco y probablemente caminar un rato- respondió mientras se tomaba rumbo hacia la salida; mientras salía revisaba quién pudo haberse ido con ella, pero veía a todos los buitres en sus sitios esperando por una víctima. Recibió el aire frío con desdén, su derrota se sentía abismal y un resfriado solo podría ser algo mejor, comenzó a andar y entonces escuchó cómo alguien abría la puerta del bar con fuerza: era el tipo que lo había llamado a actuar. - amigo, ¡suerte que lo alcanzo! Por poco y deja pasar la oportunidad de su vida, aquella mujer me pidió que le entregara esto, anímese que las cosas solo pueden mejorar-, le entregó una servilleta doblada y regresó adentro. No sabía cómo sentirse al respecto, francamente sentía miedo de lo que pudiera encontrar allí escrito; a pesar de esto, una brisa helada hizo que acelerara su decisión y abrió la rudimentaria carta:

"Hey, te recomiendo que la próxima vez no pienses tanto qué hacer ni disimules - mal- tu miedo escondiéndote en el primer baño que encuentres. Es solo un consejo que te puede servir de mucho.

PD: recuerdo que en la universidad eras un poco menos obvio cuando me veías :)
PDD: tengo planeado venir el próximo viernes a esta misma hora, espero más valentía que la que vi hoy

- Emma".

Su noche había cambiado por completo con esas cuatro líneas escritas en una servilleta de bar, con ese mensaje ya podía dar por hecho varias cosas: i) lo recordaba de la universidad, ii) ella se había dado cuenta de cuánta atención había puesto en ella esa noche, iii) le estaban dando una segunda oportunidad, iv) esos tres días que lo separaban del viernes iban a ser eternos. Guardó la servilleta en su bolsillo, tomó aire y se dirigió hacia su casa; sabía que tenía la oportunidad de su vida, y que no la iba a desperdiciar esta vez.


lunes, 23 de mayo de 2016

El comienzo del fin




Fuera de su ventana se escuchaban sonidos que nunca antes había escuchado, no sabía si estaba soñando o si estaba en la vida real -¿qué considero como "vida real" de todas formas? Creo que debería llamarla "vida consciente" o algo así -se decía a sí mismo. Entretanto, los sonidos comenzaron a transformarse en gruñidos, pero algo dentro le decía que ese monstruoso ruido no podía venir de ningún animal conocido sobre la faz de la Tierra. El fuerte vendaval continuaba amenazante, cada segundo que pasaba daba la impresión de que este se hacía más y más fuerte; de un momento a otro, una rama salió disparada de uno de los árboles frente al camino, atravesando la ventana que daba a la precaria cocina con la que contaba su hogar. En ese momento supo que tenía que actuar, sabía que la casa contaba con dos desventajas ante un clima tan amenazante: en primer lugar, estaba hecha en su mayoría de madera; en segundo lugar, el tiempo ya había hecho estragos en su estructura, provocando que esta ya tuviera varias secciones demasiado gastadas; -pero claro, eso me gano por soñar con tener una cabaña en el bosque con características rústicas- se lamentaba. Rápidamente buscó su vieja mochila, esta en su juventud lo acompañó a diferentes viajes de espeleología y aún seguían allí sus viejos equipos: sogas, ganchos, una linterna de mano, un casco equipado con una luz, guantes, entre otros; se dirigió hacia su escritorio, de allí tomó su vieja navaja suiza y un par de pilas extra, tomó su chaqueta y abandonó su casa, tenía la sensación de que esta sería la última vez que la vería.

Al salir se percató de que los vientos se hacían más intensos, por lo que tuvo que correr mientras trataba de rodear la colina en la que estaba, a cada paso que daba el sonido se hacía cada vez más cercano y más aterrador -¿qué es esto? ¿De dónde proviene semejante sonido tan tenebroso?- se preguntaba internamente; de pronto, se dio cuenta de la respuesta a sus dudas: sintió cómo su estómago caía a sus pies, sus rodillas se doblaron, su boca se secó, empezó a sudar frío, y los mayores escalofríos que alguna vez hubiera sentido recorrían su cuerpo. Frente a él quedaban los restos de lo que alguna vez había sido el valle, ahora solo quedaba un paisaje destruido en su totalidad: árboles carbonizados, casas volviéndose ceniza, enormes incendios en lo que alguna vez habían sido las parcelas más productivas del área... Pero en el centro de todo se alzaba algo que nunca, ni es sus peores pesadillas, se llegó a imaginar, entre el humo veía una silueta que parecía salida de algún mito griego: un ser gigante, alado, y con lo que parecían tentáculos moviéndose incontrolablemente en el lugar en donde debería estar su boca; se erguía allí, en medio de toda la destrucción. Inevitablemente sabía que ese era su final, que el apocalipsis había llegado a la Tierra.



Imágenes tomadas de:
1. Incendio: Jefferson Public Radio. http://ijpr.org/post/how-fires-even-big-ones-help-forests#stream/0
2. Monstruo: Gabehash (canal de YouTube). https://www.youtube.com/watch?v=2T3md-AsOG8 

jueves, 19 de mayo de 2016

Un otoño sin justicia


Imagen tomada de: The Anthenaeum. http://www.the-athenaeum.org/art/detail.php?ID=216180

Londres, septiembre 25 de 1890

Estamos en plena revolución, lo puedo ver en cómo ha cambiado la sociedad, el pueblo y la economía. Antes de todo esto mi industria –la acerera- a pesar de ser bastante grande y gozar de mucho reconocimiento no había tenido tanto éxito como en los últimos años, gracias a ese crecimiento ahora puedo darme el lujo de ser llamado “magnate de la industria” y ser incluido en las altas esferas de la sociedad británica, una de las más exclusivas a nivel mundial.

Lastimosamente no fui el único que ascendió durante esta época de crecimiento industrial… Mi competencia directa es Harry Matsci, un hombre sin escrúpulos a la hora de hacer negocios que heredó el Matsci Steelmakers y lo convirtió en la compañía acerera más famosa de todo Reino Unido. Últimamente he estado preocupado debido a la pérdida de poder frente a su compañía así que me propuse averiguar lo que otros grandes en sus campos han hecho en situaciones similares; la conclusión a la que llegué después de mucha investigación fue que si quería mantener el monopolio de la industria debía liquidar o a Matsci o a su empresa, en palabras claras: si quiero ser el más poderoso debo encargarme de la competencia.

Londres, septiembre 30 de 1890

Como es obvio yo no podía estar haciendo negocios con gente del bajo mundo, así que a través de diferentes intermediarios logré contactar a uno de los mercenarios más reconocidos de toda Europa: Dimitrov. Al momento de encontrarlo por primera vez en las calles bajas frente a Westminster Abbey no se me ocurrió que ese hombre pudiera ser uno de las personas más temidas en el negocio, parecía un hombre común y corriente que a simple vista no llamaba la atención, supongo que eso era lo que lo hacía infalible. Decidimos rápidamente los términos del trabajo, él tenía que ser completamente discreto a la hora de hacer todo esto, por lo cual decidimos que en vez de atacar al jefe atacaríamos la fuente de trabajo – que son sus trabajadores-; es decir,  si no hay obreros en la fábrica no van a haber ingresos. Aunque, si no les entran ingresos no es necesario asesinar a los obreros; pero eso ya es cuestión del mercado en sí.

Londres, octubre 2 de 1890

Hoy han comenzado los asesinatos, Dimitrov le quitó la vida a 25 obreros mientras trabajaban - obviamente haciéndolo parecer un accidente-, lo malo del asunto es que la policía no se lo cree completamente así que han asignado al detective Tom Bishop al caso, espero que no se entrometa demasiado en el caso ya que no quiero ser el responsable de la desaparición de un personaje de la fuerza pública.

Ahora, me he propuesto analizar los dos más posibles escenarios que podrían aparecer como resultado de todo esto:

1)      Si asesino a los obreros – y soy poco cuidadoso- hay más posibilidad de que me atrapen, si me atrapan voy a ir a la cárcel, si voy a la cárcel Osberg Steelmakers quebrará. Entonces, si asesino a los obreros Osberg Steelmakers quebrará. Esta posibilidad es real y latente debido a las investigaciones de la policía, así que debo ser completamente cuidadoso de ahora en adelante.

2)      Si asesino a los obreros – y soy cuidadoso- la fábrica no tendrá mano de obra, si la fábrica no tiene mano de obra no tendrá ingresos, si no hay ingresos la fábrica quebrará, si la fábrica quiebra voy a ser el único acerero en UK. Entonces, si asesino a los obreros – y soy cuidadoso- voy a ser el único acerero de UK. Este es mi objetivo y lo voy a lograr si Dimitrov hace su trabajo tan bien como dicen.

Manchester, octubre 5 de 1980

            Me encuentro algo preocupado debido a que Bishop se interesa cada vez más en el caso, según mis fuentes en la policía él mismo entrevistó al forense para comprobar que las heridas que tenían los cuerpos eran a causa del accidente, éste le dijo que uno de los cadáveres tenía pólvora en sus dedos lo que significa que había estado disparando antes de su muertey que tenía un golpe en la cabeza de causa desconocida. Debido a esto me he citado con Dimitrov frente a la biblioteca John Rylands para que me hable sobre este ‘pequeño’ inconveniente, de ahora en adelante va a tener que hacer un reporte de cada uno de sus golpes.

Manchester, octubre 6 de 1890

Según Dimitrov mientras estaba terminado de montar la escena del accidente uno de los obreros lo descubrió y le disparó causándole una herida en la pierna derecha, lo que hizo que Dimitrov le asestara un golpe certero en el parietal derecho provocando la muerte instantánea.  Ahora las cosas se están complicando, Bishop no debe tardar mucho tiempo en descubrir que el accidente es falso y hay un asesino detrás de todo, por lo cual buscará motivos y así llegará a mí. Todo esto está fuera de control.

Londres, octubre 10 de 1890

Como ya lo había dicho, la investigación tomó rumbo de homicidio y estoy en medio de un dilema, sigo con esto o me retiro, pero si me retiro perderé el monopolio y si sigo me arriesgo a ser capturado… No estoy seguro de qué hacer, pero pues si ya hice todo lo anterior lo lógico sería terminarlo, ¿no?

Londres, octubre 15 de 1980

He estado pensando en la línea lógica que podría seguir en el caso de que me atraparan, sería algo absurdo pero iría así: me encuentran culpable así que me juzgan, si me juzgan piden mi coartada, si mi coartada es válida retiran los cargos, si retiran los cargos soy inocente. Por lo tanto, si me encuentran culpable soy inocente. Sé que es una conclusión contradictoria, pero todo parece estar en orden.

Londres, octubre 21 de 1980

He estado averiguando con mis fuentes en la policía si ya ha habido otros casos con similitudes al mío y efectivamente hubo uno hace aproximadamente diez años, fue el de Orson Chamberlain, uno de los mayores vendedores de joyas de todo Londres. El hecho es que el mismo Orson decidió atacar a su competencia Rajim Al-Sadha - un empresario egipcio que poco a poco comenzó a liderar el mercado-, pero al momento de atacar fue descubierto por Tom Bishop – el mismo detectivo que sigue este caso…- lo que lo llevó a ser juzgado por intento de homicidio y ser condenado a 50 años en la prisión de Gloucester.

Este antecedente no me deja nada tranquilo, y aún más siendo que sea el mismísimo Bishop el que está detrás de toda la investigación, quizás deba reunirme con Dimitrov para hablar de esto, a lo mejor él sabe qué deberíamos hacer.

Cardiff, octubre 27 de 1890

Hoy me reuní con Dimitrov y le conté sobre el caso de Orson y la conexión con Bishop; decidimos que lo más prudente es irnos del país durante un tiempo prudente alegando un viaje de negocios como coartada, para esto él contactará a alguien en Rusia con el que pueda “negociar”, creo que es la decisión más lógica después de todo. Aunque algo que dijo el mismo Dimitrov me ha dejado bastante pensativo: “Huir de la justicia es como huir de una mujer celosa, esto puesto que ambas van a descubrir la verdad sin importar el tiempo que les tome, lo importante es saber qué tanta relevancia le van a dar en ese momento a todo”. Tiene razón en su analogía, puesto que al final ambas terminan sabiendo la verdad de las cosas, pero ya para ese momento no necesariamente les tiene que importar.

Edimburgo, octubre 31 de 1890

Decidí al final huir de la ciudad la mayor cantidad de tiempo que me sea posible, ya que la policía está avanzando a un ritmo descontrolado con las investigaciones, tanto así que parece que alguien les estuviera dando información sobre lo que deben buscar y en dónde, sé que sueno como loco pero es lo único que puedo pensar en momentos de tanta presión. Siguiendo con la locura, siento que Dimitrov está actuando extraño, es como si me estuviera persiguiendo, como si me estuviera estudiando como a otra de sus víctimas. Voy a dejar de verlo hasta que llegue a algún lugar seguro, algo no está bien con él.


Berlín, noviembre 05 de 1890

La policía me está buscando, no creyó nada de mi coartada y pretende que vuelva al país, así que estoy escondido en las calles bajas de Berlín, aquí me siento a la merced del que quiera asesinarme, todos tienen cara de verme como una recompensa y eso no me está gustando para nada, compraré un arma por si es necesario. Volví a ver a Dimitrov hoy, ya no me quedan dudas de que me está siguiendo, hay alguien que me quiere asesinar pero está esperando el momento justo para hacerlo, ¿será Dimitrov por sí mismo? ¿Podrá ser Harry Matsci luego de enterarse de mi plan? No lo sé, pero estoy seguro de que voy a cambiar los papeles, asesinaré a Dimitrov.


Viena, noviembre 12 de 1890

Como lo planeé en estos días asesiné a Dimitrov, hice que me siguiera hasta un callejón y apenas llegó le disparé tres veces en el pecho, dijo algo en ruso que obviamente no entendí. Al registrar su cuerpo por alguna pista descubrí una carta de un tal H.M. - Obviamente es Harry Matsci -, en ella dice que se citarán mañana a las 12 del mediodía frente al Kremlin en Moscú, iré de incógnito a la reunión y asesinaré por fin a Matsci, todo el esfuerzo en esta operación no terminará conmigo en la cárcel.

Moscú, noviembre 13 de 1890

Asistí a la reunión y en efecto era Matsci, apenas lo vi le disparé en la cabeza por fin mi plan está completo, si el monopolio no iba a ser mío no iba ser de nadie. En este momento escucho cómo la Politsiya – nombre de la policía rusa – está subiendo las escaleras de la casa en donde estoy escondido, en cualquier momento subirán hasta el ático, me encontrarán y posteriormente me ejecutarán; pero yo no se los voy a poner fácil porque a un cadáver ya no lo pueden ejecutar. Espero este relato no se pierda en la historia y sirva como ejemplo a todos aquellos corruptos que prefieren pasar por encima de todos para lograr sus objetivos. Hasta aquí llegó mi historia en el mundo de los vivos.


Imagen tomada de: The Anthenaeum. http://www.the-athenaeum.org/art/detail.php?ID=216180

Sepultado con sus libros


Sus piernas dejaron de sostenerle y cayó de rodillas. La lluvia golpeaba su cara haciendo que la sangre se difuminara. De lo más profundo de su mente empezó a emerger una palabra: VENGANZA.

Instintivamente salió a corre tras el misterioso hombre que le había disparado a su padre, sabía que no podía dejarlo escapar tan fácilmente. Lo veía a lo lejos, llevaba un sombrero y una gabardina negra; poco más podía decir, pues la lluvia no le permitía vislumbrar más detalles. Tuvo que resignarse al verlo subir en un auto negro, del cual alcanzó a memorizar su placa: BOX-352; sabía que ese era el primer paso para encontrar su venganza.

Rápidamente volvió al lado de su padre, sabía que no le quedaba mucho tiempo, pues este había recibido un disparo en el abdomen perforándole probablemente uno de sus órganos vitales. Atinó a preguntarle a su padre si sabía quién era el asesino, este solo le dijo: Biblioteca Central; le alcanzó un pequeño pedazo de papel con los números 822.33, y dejó de respirar. Sabía que su padre era un amante de la literatura, pero nunca pensó que hubiera dejado pistas en sus libros.



Imagen tomada de: All For Desktop. http://all4desktop.com/4249076-rain.html

Epílogo


Hola a todos,

Es raro volver a escribir la introducción de un blog, ya lo había hecho una vez hace como tres años y realizar esta tarea de nuevo es ver de alguna manera cómo ha pasado el tiempo desde entonces, qué tanto ha variado mi manera y objetivo al escribir. Pero bueno, el objetivo de este blog es ya sentar bases sobre algo que me ha venido llamando la atención hace algún tiempo pero no lo había hecho formalmente, escribir historias, cuentos principalmente -aunque no puedo descartar que escriba algo por capítulos, sería algo interesante-. Por ahora las primeras tres entradas van a ser de cuentos que ya había escrito antes, una breve descripción de cada uno podría ser:


  • La suplantación de un amor: básicamente cuenta la historia de un amor completamente imposible. Narrado desde la perspectiva de uno de los enamorados que poco a poco se va dando cuenta de cómo va siendo reemplazado por su amada.
  • Sepultado con sus libros: cuenta una historia de venganza, en donde el mundo literario cobra un gran protagonismo en el desarrollo del misterio. Es un cuento corto o el prólogo de una novela más larga, todo depende de si en algún momento lo retomo.
  • Un otoño sin justicia: muestra cómo es posible que hasta los más poderosos pierdan todo lo que tienen en busca de su avaricia, hasta el punto de tomar medidas desesperadas para huir de sus pecados. Está escrito a modo de diario y lleno de silogismos, esto ya que tuve que escribirlo para una de mis clases de la universidad - lógica y retórica- y tenía que mostrar ejemplos de los distintos tipos de silogismos existen.
En fin, realmente espero que este proyecto prospere, por lo que trataré de ser muy constante con el proceso creativo. Sería interesante ver este proyecto crecer, pero bueno, todo a su tiempo. Para terminar dejo mi usuario de Wattpad - aparezco como simon__suarez - y en Me gusta escribir me encuentran como Simón Suárez. ¡Gracias!